La opción de servicios digitales se ha incrementado notablemente en Internet. No se trata de ventas de artículos. En realidad, es la oferta de asistencia, ayuda o asesoría de algún tipo de servicio. Usualmente, por la web se suele solo hacer el contacto con el prestador de servicios. Ahora, no obstante, esta labor se hace a distancia también. De ese modo, la informática se expende. En Argentina, la CACE es la institución que aglomera a estos prestadores de servicios digitales.
Hay que indicar que el auge del e-commerce es notable en nuestro país. Todas las estadísticas indican que el al menos uno (1) de cada diez (10) argentinos han hecho una compra por la web. Se tratad e un modo de interacción entre clientes y vendedores que está cambiando muchos hábitos. Lo interesante es que la gente puede consultar cualquier portal de Internet en todo momento y constar tanto tiendas online como servicios digitales de toda índole.
¿Por qué este repentino crecimiento del comercio electrónico? Hay muchas respuestas al respecto. Los cierto es que en la economía argentina se nota un repunte del mismo entre a partir del 2013. Sin embargo, es entre 2015 y 2016 que tiene un aumento notable. De hecho, es el sector de ventas y publicidad con mayor desarrollo. Lo curioso, es que en los próximos años parece ir en aumento. ¡Se tienen gran expectativas para el mismo en el año 2020!
En medio de este marco, los servicios digitales se muestran como una opción un tanto novedosa. Hay que decir que lo primero que se patentiza es el e-commerce con sus múltiples tiendas online. Es decir, lo que inicialemente surge son catálogos o vitrinas web donde la gente escoge un producto y luego lo compra. En tiempos recientes, el rubro de los servicios también se ha incorporado a la red. Mucha gente ofrece sus labores profesionales por este medio.
La peculiar actuación de los servicios digitales
¿Qué son servicios digitales? ¿En qué se diferencian de la mera venta de productos en el ciberespacio? Trataremos de responder a este par de interrogantes en este post. De esa manera, nuestros lectores puede notar la manera en que crece y se complejiza el comercio digital.
En primer lugar, hay que decir que los servicios digitales consisten en la prestación de ayudas, trabajos o asesorías mediante herramientas online. La primera versión de los mismos consiste en apartar citas o contactos. Por ejemplo, si alguien desea pedir la asesoría de un médico o abogado, puede buscarlo por la web y pedir contactarlo. Luego de ese paso inicial, el profesional prestador de servicios y el cliente se encuentran, frente a frente, y se hace el trabajo.
No obstante, en tiempos recientes estos servicios digitales se han tendido a parecer a las tiendas online. Es decir, que los clientes no ven en persona a quienes hacen las asesorías. Un ejemplo al respecto es el uso de las redes para pedir consultas del horóscopo o lecturas de Tarot. Muchas veces la gente hace la consulta “web” de estos trabajos, sin necesidad de ir hasta un sitio específico. Igualmente, se está poniendo en boga con cursos y programas de educación.
La llamada “educación a distancia” es un ejemplo de servicios digitales. La gente paga para ser entrenada en alguna faena. Lo curioso es que ya no tiene que ir a un salón de clases. Ahora, se conecta por videoconferencia y recibe clases desde la comodidad de su hogar. Igualmente, hay muchas ayudas y asesorías de este tipo. Es algo similar a las tiendas online, donde la gente paga y recibe su producto, pero nunca tiene un contacto directo con el comprador.
¿Qué tienen de diferente estos servicios a las tiendas digitales?
La diferencia es clara. Ocurre que las tiendas online solo expenden productos como: pasajes de avión, electrodomésticos, alimentos para mascotas, celulares, ropa, etc. En cambio, los servicios digitales ofrecen alguna labor o ayuda al cliente digital.
En ese sentido, es de suponerse que la plataforma de estos servicios es más compleja. Debe tener enlaces, links y modos de interacción con quien pide la asesoría o labor. No basta con darle clic a un simple botón de “comprar” y luego hacer pagos por Internet, para finalmente hacer el envío de lo comprado.
En los servicios digitales es necesario hacer lo posible para entrar en contacto con el cliente. En el caso de que el servicio se preste completamente a distancia, se necesitan opciones como el email, chats, transmisiones en vivo y otras alternativas para lograr la necesaria comunicación. Además, todo depende del tipo de servicio. Incluso, existen ciertas modalidades mixtas. Una mezcla de servicios digitales y de tiendas online, tal y como explicamos a continuación.
Un caso de lo antes dicho es la elaboración de productos a medida. Por ejemplo, un mueble. La gente contacta por la web al fabricante y le envía medidas, un boceto con un boceto tentativo, etc. Por medio de la informática el cliente y el comprador llegan a un acuerdo sobre un modelo de mobiliario. Cuando ambos llegan a un acuerdo, el fabricante hace el mueble y se lo envía a su cliente. Es decir, cumple con un “servicio”, pero a la encaja en la categorías de tiendas online.
Como se puede apreciar, el mundo de los servicios digitales penetra en el e-commerce. Este último ya no es territorio exclusivo del intercambio de pagos y productos. Sin duda, se trata de un nuevo horizonte, lleno de posibilidades que se deben aprovechar.